La Verdad Detrás de la Crisis Climática

 1 de diciembre de 2024

 

Escrito por: Melissa Morales Barahona*

 

“La tierra se sacude y nos damos cuenta de todo lo que damos por sentado: agua, luz, conexiones de gas, todo puede resquebrajarse si el planeta se rasca la nariz y estornuda” [1] 

 

Esta poderosa afirmación de Cusicanqui resuena profundamente en el contexto actual del mundo, donde la creciente intensidad de desastres naturales como sequías, incendios, inundaciones y huracanes, pone de manifiesto nuestra fragilidad ante la naturaleza. Nos recuerda que lo que consideramos seguro y estable puede desmoronarse en un instante, evidenciando los efectos devastadores que nuestras acciones han tenido sobre el medio ambiente. Sin embargo, y al margen de esta realidad latente, seguimos evadiendo nuestra responsabilidad sobre el cambio climático, un fenómeno que ha sido impulsado por una historia marcada por el extractivismo, la explotación y el colonialismo hacia nuestros territorios. 

 

No es una sorpresa reconocer que nuestras sociedades tienen raíces coloniales, donde los sistemas de gestión han priorizado intereses económicos que fomentan el crecimiento y la expansión, a expensas del medio ambiente [2]. Este modelo de “desarrollo”, influenciado por visiones occidentales y eurocentristas, perpetúa la noción de que la naturaleza es una mercancía destinada al servicio humano. De este modo, la lógica colonial se refleja en políticas que priorizan la ganancia inmediata sobre la conservación de los ecosistemas [1]. Esta perspectiva se vuelve aún más alarmante al confrontar los devastadores efectos del cambio climático, cuya magnitud es tal que, con frecuencia, preferimos desviar la mirada en lugar de enfrentar la realidad que nos rodea.

 

Ahora bien, es crucial reconocer que las estructuras neoliberales y capitalistas que hemos construido han institucionalizado dinámicas que favorecen a los sectores más privilegiados. En este contexto, las comunidades más vulnerables quedan desprotegidas intensificando la crisis climática. Pero este fenómeno no afecta a todos de manera equitativa, por el contrario, amplifica las desigualdades existentes y condena a aquellos que menos han contribuido a la crisis [2]. Las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes, especialmente las mujeres, dependen profundamente de los recursos naturales, manteniendo una conexión intrínseca con sus territorios. Este lazo se refleja en cómo el entorno influye en el acceso de las mujeres al agua y a los alimentos, así como en su salud y bienestar. En este sentido, el territorio es un espacio vital que sostiene no sólo su subsistencia, sino también las prácticas culturales y espirituales [3].

 

Entonces, para romper este ciclo, es crucial adoptar enfoques inclusivos que reconozcan la diversidad de saberes y prácticas. En la obra Un mundo chixi es posible, Cusicanqui [1] apuesta por la coexistencia de diferentes formas de conocimiento, destacando la importancia de un saber plural que desafíe las narrativas hegemónicas. La noción de “chixi” nos invita a replantear nuestra relación con la naturaleza para construir un futuro más justo. En este contexto, “lo ch’ixi” se presenta como una herramienta de resistencia que desafía la cosificación indígena del Estado y promueve un diálogo inclusivo que escucha a las voces marginadas [1].

 

En conclusión, la lucha contra el cambio climático representa solo una parte de una problemática socioambiental más amplia y compleja que enfrenta la humanidad. Esta crisis nos invita a reflexionar sobre nuestras epistemologías y ontologías, resaltando la urgencia de un cambio estructural profundo que promueva la justicia social y la equidad. Solo a través de una transformación integral que valore y respete las voces de estas comunidades (sin caer en la instrumentalización de estas) podremos avanzar hacia un futuro más justo y sostenible. La crisis climática trasciende su dimensión ambiental porque es, en esencia, una cuestión de derechos humanos que exige la reestructuración de nuestra forma de entender el desarrollo y la naturaleza. 

 

 

Referencias

Fuente: Wodark, G. (n.d.). Reliance [Obra de arte]. Bow Seat Artist. 

Imagen tomada de:  https://www.pinterest.com/pin/68747471302/

[1] Rivera Cusicanqui, Silvia. 2018. Un mundo chix’i es posible. Ensayos desde un presente en crisis. Tinta Limón, Buenos Aires.

[2] Gonda, N., Flores, S., Casolo, J. J., & Nightingale, A. J. (2023). Resilience and conflict: Rethinking climate resilience through Indigenous territorial struggles. The Journal of Peasant Studies. https://doi.org/10.1080/03066150.2022.2161372

[3] Ulloa, A. (2021). Repolitizar la vida, defender los cuerpos-territorios y colectivizar las acciones desde los feminismos indígenas. Ecología Política61, 38–48. https://www.jstor.org/stable/27120357

 

* Integrante de la Coordinación de Formulación y Financiamiento de Proyectos de la Fundación Grothendieck. Economista y estudiante de las Maestría en Género y en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo en la Universidad de Los Andes.

 

Los textos que aquí se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no expresan la filosofía ni la posición de la Fundación Grothendieck.

 

 

 

 

 

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